Decidir si trabajar estando enfermo implica sopesar varios factores, como la gravedad de tu enfermedad, cómo podría afectar a los demás y las políticas de tu lugar de trabajo. Los síntomas leves como un ligero dolor de cabeza quizá no te limiten mucho, pero enfermedades contagiosas como la gripe o el COVID-19 suponen un riesgo significativo para tus compañeros de trabajo y pueden dificultar tu adecuada recuperación. Tu salud siempre debe ser lo primero, incluso si las presiones laborales hacen difícil ausentarse.

Siempre prioriza tu salud para protegerte a ti mismo y a los demás.
¿Cuáles son los pros de ir a trabajar enfermo?
Aunque a menudo es mejor descansar y recuperarse, hay ciertas situaciones donde trabajar enfermo puede parecer ventajoso:
Continuidad del trabajo: Asistir puede ayudar a evitar retrasos en proyectos o cumplir con los plazos, especialmente en períodos críticos.
Estabilidad financiera: Para quienes tienen un permiso por enfermedad limitado, trabajar estando enfermo puede prevenir la pérdida de ingresos o la inseguridad laboral.
Demostrar compromiso: Ir a trabajar enfermo, incluso con malestares menores, a veces evidencia tu dedicación y trabajo en equipo ante tu empleador.
Opciones de trabajo remoto: Si tu condición es leve y puedes trabajar desde casa, te permite contribuir sin poner en riesgo la salud de los demás.
Puede ser útil en caso de fechas límite urgentes, pero ¿a qué coste personal?

¿Cuáles son los contras de ir a trabajar enfermo?
Los inconvenientes de trabajar estando enfermo son a menudo significativos y de gran alcance:
Prolongación de la enfermedad: Ir a trabajar enfermo en lugar de descansar puede empeorar tu condición y retrasar tu proceso de recuperación.
Riesgo para otros: Las enfermedades contagiosas pueden propagarse rápidamente entre los compañeros, causando un efecto dominó de ausentismo.
Productividad reducida: Trabajar cuando estás enfermo a menudo resulta en poca concentración, errores e ineficiencia.
Tensión laboral: Los colegas pueden ver tu asistencia enfermo como una falta de consideración, lo que lleva a problemas de moral y confianza.

Trabajar mientras eres contagioso puede afectar significativamente la salud y productividad en el lugar de trabajo.
¿Cuándo es aceptable considerar ir a trabajar enfermo?
Hay algunos escenarios donde trabajar estando enfermo podría ser aceptable. Por ejemplo, si estás considerando ir a trabajar enfermo, asegúrate de que tus síntomas sean leves y no contagiosos (como alergias menores o dolores manejables) antes de hacerlo. El trabajo remoto, cuando está disponible, es una excelente alternativa que te permite cumplir con tus responsabilidades mientras te aíslas. Además, prácticas estrictas de higiene, como usar una mascarilla, pueden minimizar los riesgos si los síntomas son leves pero ligeramente contagiosos. Sin embargo, evita trabajar cuando tu enfermedad impida que trabajes de manera segura o efectiva, como con fiebre alta o fatiga severa.

Ejemplo
Si tienes alergias menores o un dolor de cabeza y puedes usar equipo de protección, ir a trabajar podría estar bien.
¿Cómo afecta a otros trabajar enfermo?
Trabajar enfermo tiene un efecto dominó en tus colegas y en el lugar de trabajo en su conjunto. Los gérmenes contagiosos pueden propagarse rápidamente en espacios compartidos, infectando a veces a equipos enteros en cuestión de horas. Esto lleva a una reducción de la productividad, ya que más empleados toman tiempo libre o luchan por trabajar estando enfermos. Además, los empleados que van a trabajar enfermos pueden causar tensión o miedo, especialmente entre compañeros de trabajo más vulnerables a las infecciones. También pueden surgir percepciones negativas de las políticas de gestión si los compañeros sienten que la salud de los empleados no es una prioridad.

¿Sabías que? Un trabajador enfermo en una oficina compartida puede propagar gérmenes a sus compañeros en solo 4 horas.
Conclusión: Equilibrio entre productividad y salud
Equilibrar productividad y salud es crucial al decidir si ir a trabajar enfermo, ya que puede tener impactos significativos tanto en el bienestar personal como en el del lugar de trabajo. Generalmente, es mejor priorizar tu bienestar y evitar presionarte para trabajar cuando estás enfermo, especialmente si tu enfermedad es contagiosa. Los empleadores juegan un papel clave fomentando una cultura que valore la salud por encima del presentismo. Tomando decisiones conscientes, das un ejemplo a tus colegas y contribuyes a un lugar de trabajo más saludable y productivo a largo plazo.