Acciones - representan un valor mobiliario que evidencia la propiedad de una parte en una determinada sociedad anónima. Invertir en acciones brinda a las personas la oportunidad de participar en la propiedad y beneficios de una empresa. A medida que el valor de una empresa aumenta, también lo hace el valor de sus acciones, permitiendo a los inversores vender sus acciones a un precio más alto que el de compra y obtener una ganancia. Los accionistas tienen derecho a participar en los beneficios (cobro de dividendos) y a votar en las juntas generales.
Rating - expresa la credibilidad y estabilidad, denotada por letras desde AAA hasta D. Las agencias de calificación más conocidas son Standard & Poor's (S&P), Moody's y Fitch. El nivel AAA representa casi ningún riesgo, mientras que D indica alto riesgo. Las inversiones más arriesgadas tienen una mejor valorización, pero también son mucho más propensas a pérdidas.
Rentabilidad - expresa la relación entre el beneficio y el capital empleado, calculada como beneficio/patrimonio × 100 (%). Existen varios tipos de rentabilidad, como la rentabilidad de los activos, de los fondos propios, de los costes, de las ventas y del capital a largo plazo.
Solvencia - expresa la capacidad de cumplir con sus obligaciones; es la habilidad de pagar.
Liquidez - informa qué tan rápido los activos pueden convertirse en efectivo. Un bajo ratio de liquidez indica que la empresa no puede pagar sus obligaciones a tiempo. Por el contrario, un alto ratio de liquidez significa que la empresa puede cumplir sus obligaciones puntualmente, pero, por otro lado, esto reduce su rentabilidad.
Volatilidad - indica el grado de fluctuación en el valor de un instrumento financiero dado. Alta volatilidad indica que el valor de un activo puede cambiar rápida y significativamente en un corto periodo de tiempo, lo que indica un nivel de riesgo más alto y puede generar mayores beneficios. Por otro lado, una baja volatilidad indica mayor estabilidad y menor riesgo, pero generalmente menos ganancias.
Valor mobiliario - puede ser un acción, bono, letra de cambio, certificado de acciones, letras del tesoro, cheques y otros instrumentos financieros. El emisor del valor, u emisor, obtiene el capital necesario en esta forma y así el inversor aprecia su dinero.
Cobertura - es un mecanismo de protección contra el riesgo, es una técnica de inversión en la que se realizan operaciones contrarias o se mantienen posiciones opuestas para compensar el riesgo del activo de inversión original. Los instrumentos más comunes utilizados para cobertura incluyen contratos de futuros, opciones, contratos swap y contratos a plazo. Estos derivados financieros permiten a los inversores controlar y reducir el riesgo en sus carteras.
Blue chips - estas son acciones de grandes empresas que se conocen por ser estables y altamente líquidas. El término "blue chip" fue acuñado a principios del siglo XX para referirse a las fichas de póker azul oscuro de alto valor que marcaban el valor más alto y podían usarse para realizar las apuestas más significativas.
Beta - es una medida de la volatilidad de una acción en relación con los movimientos del mercado global. Un beta mayor a 1 indica que una acción es más volátil y un beta menor a 1 indica una acción con menor volatilidad.
Diversificación - utilizada para minimizar el riesgo de inversión. La clave es no invertir únicamente en un instrumento financiero, sino distribuir tus inversiones entre varios tipos para así eliminar el riesgo de pérdida.
Corredor - un llamado intermediario que organiza la compra y venta de acciones. Actúa como intermediario entre el inversor y la bolsa de valores.
Mercado bajista
Un mercado bajista se define por un descenso a largo plazo en los precios de inversión - generalmente, se da cuando hay un descenso del 20% o más desde su máximo reciente. Un mercado bajista es, por tanto, una oportunidad ideal para que los inversores compren acciones.
Mercado alcista
Un mercado alcista se define por una tendencia al alza en el mercado durante un periodo de tiempo - generalmente, ocurre cuando hay un aumento del 20% o más desde el mínimo anterior o cuando el precio ha alcanzado un máximo histórico. En este caso, los inversores continúan manteniendo las acciones con la perspectiva de obtener incluso mayores beneficios o venderlas.